Ignacio Velázquez dejó sobre la mesa algunas de sus propuestas para formar el que será su programa electoral y que pasa “inexcusablemente” por reducir de manera considerable el número de consejerías y viceconsejerías con las que cuenta la Ciudad Autónoma para “dejarlas en sólo seis grandes áreas”. Además, el que fuera presidente de todos los melillenses, dijo estar convencido de que “la profesión de cada uno no debe estar reñida con la política” refiriéndose a que, salvo en casos excepcionales, aboga por que muchos de los cargos políticos de la Ciudad no estén liberados “habida cuenta del gran trabajo que ya hacen los técnicos”, lo que ahorraría una considerable cantidad de dinero. Respondiendo a la defensa hecha por el presidente Imbroda acerca del costo del Gobierno, que se paga con “el fondo de garantías” y no con el presupuesto de la CAM, Velázquez argumentaba que “la mayor parte del presupuesto viene de las arcas del Estado y bien se podría emplear este fondo para Bienestar Social o infraestructuras”.
Velázquez explicó que la Ciudad Autónoma tiene a casi el 80% de Melilla subvencionada, lo que es una irresponsabilidad habida cuenta de que esto “no genera tejido empresarial” sino parásitos de las arcas públicas. Según el ex-presidente, lo que debe de hacer la Ciudad es facilitar la creación de nuevas empresas y estimular a los pequeños y medianos empresarios para que inviertan en Melilla y generen puestos de trabajo, algo que aseguró “no es sólo responsabilidad del Gobierno Central”.
Por último, Ignacio Velázquez aseguraba que no había venido a “quitarle la mayoría absoluta a nadie sino a ganar las elecciones”, y adelantó que un pacto con las formaciones de Coalición por Melilla o el Partido Soicialista de Melilla sería “un pacto antinatura muy difícil de materializarse”, aunque si abrió la opción de pactar con los que “hasta hace unas horas eran mis compañeros de partido” con los que asegura “tengo muchas cosas en común”.
